Han pasado dos meses desde que la Autoridad Portuaria de Valencia notificara al Náutico de Gandia con una semana de antelación que debía abandonar las instalaciones el 28 de mayo, desoyendo la petición de esperar al fin de la autorización administrativa en septiembre para evitar perjuicios a los usuarios del Club, socios y no socios. Pasado este tiempo, se ha hecho patente que el reguero de damnificados provocado por esta decisión está lejos de haber llegado a su fin.
Desalojo y parálisis completa
Nada le ha importado a la APV las actividades de vela, remo y pesca que funcionan durante todo el año, los cursos de verano ya contratados, las competiciones del calendario oficial de las federaciones, las actividades de fin de curso de colegios ya programadas. Se ha tenido que cancelar todo y devolver el dinero.
Como la nueva concesionaria no ha sabido o no ha querido poner en marcha las actividades deportivas sin interrupción, como tanto se había anunciado, los deportistas se han tenido que quedar en su casa o buscar alternativas fuera. Por suerte para ellos, la red de escuelas homologadas de la federación es amplia y lo que ya no pueden encontrar en Gandia, sí lo pueden encontrar en Clubes vecinos, como nuestros amigos del Club Náutico de Oliva.
Peligra también la colaboración con la travesía a nado del puerto de Gandia y el ICAN Triathlon Gandia, con los que el Club colaboraba año tras año aportando medios materiales y personal cualificado. El Club ya no tiene plantilla y los medios materiales probablemente estarán en algún almacén lejos del agua cuando lleguen las fechas de los eventos.
Se podía haber hecho una transición más suave y menos perjudicial para todas las partes, pero como se ha visto nunca hubo intención por parte de la nueva concesionaria de negociar nada. Esperaban recoger las llaves de un negocio funcionando para que los ingresos empezaran a fluir de forma automática en sus arcas, pero ignoraron que todo el material necesario para hacer funcionar ese negocio es propiedad de los socios del Club, que los datos privados de los clientes del Club son privados y se tienen que custodiar, que a los ahora clientes de la Marina se les tiene que dar un buen servicio, no solo subirles las tarifas a cambio de nada.
Numerosos incumplimientos
El Club ha denunciado ante la Autoridad Portuaria de Valencia, y ahora públicamente, que la nueva concesionaria ha incurrido en numerosos incumplimientos de las cláusulas de la concesión desde que tomó el control el 28 de mayo de 2024.
Uso de material y recursos del Club no autorizados, falta de seguro de responsabilidad civil obligatorio, hojas de reclamación no disponibles, falta de material básico de seguridad, carencia de medios de prevención de la contaminación… la lista es interminable.
Futuro incierto de la Marina
El afán recaudatorio es más que evidente a la vista del desarrollo de los acontecimientos. Prioridad número uno: cobrar por anticipado a los barcos de la dársena. Número dos: montar un gran parking para hacer caja en verano. Para otras cosas como comprar el material básico para gestionar una marina han tenido que pasar meses o siguen sin estar resueltas.
El deporte también cayó en el olvido hasta que han empezado a sentir la presión de los deportistas, que llevan semanas sin poder practicar sus deportes. Parece que algo se mueve, pero nos tememos que solo de cara a la galería.
Tenemos serias dudas de que se vaya a empezar a construir pronto viendo lo visto, porque no se hace una inversión importante en montar un parking justo donde va la edificación de la Marina, a no ser que se pretenda explotar durante un tiempo prolongado.
La existencia del recurso contencioso-administrativo, que puede revertir de nuevo la concesión, tampoco ayuda a encontrar financiación para una obra de varios millones de euros.
Pedimos públicamente a la Autoridad Portuaria de Valencia que se emplee con la misma diligencia que lo hizo con el Club, en velar porque se cumplan todas y cada una de las cláusulas de la concesión.
Dos modelos muy diferentes
Hemos tenido que leer muchas barbaridades en la prensa, no sabemos si malintencionadas o por pura ignorancia, como que dejará de haber un club social privado para pasar a estar abierto a la ciudad. Nada más lejos de la realidad y no nos cansaremos de aclararlo.
El Club Náutico es una asociación sin ánimo de lucro que gestionaba, y aspira a volver a gestionar, las instalaciones náutico-deportivas del puerto de Gandia. En estas instalaciones cualquiera podía practicar deportes náuticos o amarrar una embarcación, sin necesidad de ser socio. Cualquier persona interesada en involucrarse más, poder participar en las decisiones del Club y tener unas ventajas adicionales se puede hacer socia pagando una cuota de entrada.
La Marina la gestiona una empresa cuya finalidad, por definición, es generar beneficios para sus propietarios. Cada modelo tiene sus ventajas e inconvenientes, pero es evidente que para una empresa lo que no da rentabilidad no tiene cabida. Como se está viendo, el deporte ha sido el primer perjudicado y ya hay varios trabajadores, que fueron subrogados por la Marina por los requisitos de la concesión, que han dejado de pertenecer a la plantilla.
Los socios han hablado
En la asamblea de socios celebrada el 20 de julio, con afluencia masiva, se ha hecho evidente el sentir general de la masa social del Club. Vamos a seguir luchando por conseguir la concesión, porque si creemos en la justicia, los argumentos están de nuestro lado.